Gran emoción sentimos todos los que el pasado sábado asistimos en la Parroquia de La Encarnación a la misa que supuso la despedida de “nuestro” párroco, don Antonio Faustero, quien ahora, por decisión de su superior, cede su labor pastoral al nuevo párroco, don Manuel Jesús.Al igual que recuerdo la primera entrevista que mantuve con él, nada más llegar a la Alcaldía de Bormujos, estoy segura que siempre recordaré con cariño y emoción el abrazo que nos dimos durante la ceremonia religiosa y que se puede ver en la imagen que acompaña a esta entrada.
Queridos vecinos, tengo que reconocer que algunas veces, durante el desempeño de mis funciones como regidora vuestra, no puedo extraerme de la importancia del acto y afloran en mí sentimientos diversos. Pues bien, el sábado por la noche sentí gran emoción, en varios momentos de la santa misa, al despedirme del párroco de toda la vida. Quienes le conocen dicen de él que es una buena persona, y yo puedo asegurar que así es, aunque nos hayamos tratado relativamente durante poco tiempo.
Como agradecimiento de la aportación municipal a las obras de restauración de la Parroquia, don Antonio tuvo a bien regalarnos a todos los vecinos una nueva bandera del municipio, enseña que a partir de ahora presidirá el Salón de Plenos de nuestra Casa Consistorial. Y nosotros, por nuestra parte, le obsequiamos con una placa de plata y una estilográfica. Ojalá se cumpla mi deseo de que la misma le sirva para escribir la Historia de nuestro pueblo.
Ahora pasa al régimen de la jubilación, aunque estoy segura que don Antonio nunca se olvidará de sus vecinos como sus vecinos nunca se podrán olvidar de él, esté donde quiera Dios que esté. Gracias, don Antonio, por sus 36 años de servicio pastoral entre nosotros, y también aprovecho la ocasión para desear el mayor de los éxitos a su sucesor, don Manuel Jesús. Estoy convencida de que ambos, cada uno de nosotros desde su ámbito competencial, trabajaremos en coordinación y sintonía en pro de lo mejor para nuestro municipio. Bormujos sigue estando en buenas manos.
