Ayer miércoles partían
hacia la Aldea del Rocío decenas de bormujeros y bormujeras. Comenzaba así el
peregrinar de nuestra hermandad, un año más, en lo que se ha convertido, sin
lugar a dudas, la demostración de fe más importante del año en nuestro
municipio. Ayer era un día muy esperado para todos. No en vano, el Rocío
despierta en Bormujos una devoción tremenda, y hace aflorar sentimientos muy
profundos, algo que se ve reflejado en las manifestaciones de todos aquellos
que participan del camino. Jornadas como la vivida ayer nos demuestran que el
Rocío es alegría, una especie de bálsamo para los difíciles momentos actuales.
Por eso os animo a que aprovechemos este impulso para disfrutar y tomar fuerzas
que nos ayuden a superar nuestro día a día.
La salida de Bormujos ayer hacia la aldea
almonteña quedará guardada en la retina de todos por un hecho sin precedentes.
Poco antes de las dos de la tarde se producía un momento histórico que
recordaremos quienes tuvimos la inmensa fortuna de vivirlo. Nuestra carreta
junto a las de Gines y Macarena juntas en nuestro municipio. Unidas para rezar
e iniciar el camino de la mano. Qué mejor manera de comenzar el peregrinar hacia
la Blanca Paloma. Desde aquí, deseo el mejor de los caminos a mis vecinos y
vecinas y que regresen a Bormujos cargados de fuerza e ilusión.