El sábado fue un día muy especial. Vivimos una
jornada realmente bonita, en hermandad, cargada de compañerismo y buen
ambiente. Las mujeres bormujeras fuimos en peregrinación al Rocío, y quisimos
recordar el Día Mundial del Cáncer de Mama llevando la camiseta rosa para
homenajear a todas aquellas mujeres que tienen esta enfermedad, así como a sus
familiares.
Además, curiosamente, era ésta la primera vez que
íbamos las mujeres solas a la Ermita. Hemos vivido momentos de alegrías,
emociones, felicidad y también reflexión, algo a lo que invitan en gran medida
los maravillosos paisajes del camino a la Aldea. Y para culminar el gran día,
el encuentro con la Virgen del Rocío. Sin duda alguna, una experiencia que no
olvidaremos fácilmente.
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